Reinventando la actitud

Tabla de contenidos

Cada año antes de finalizar, es el momento ideal para hacer balance. Vivimos tiempos de cambio e incertidumbre, y ¿Qué mejor que evocar nuevas ideas, oportunidades, alternativas?. Hoy quiero hacer balance actitudinal, qué actitud he tenido este año y qué actitud quiero tener en el 2012.

La actitud es algo que cada uno nos ponemos, como un traje, cada día. Consciente o inconscientemente, elegimos una actitud y nos convertimos en esclavos de ella. La actitud, nos guirá durante el día y fruto de la misma, acabaremos consiguiendo unos u otros resultados, acabaremos viendo una u otra realidad.

En alguna conferencia he definido la actitud como el Software, el programa que nos hace funcionar, elegir, relacionarnos, trabajar, vivir de una determinada manera. Mientras que ocupamos una gran parte de nuestro tiempo gestionando nuestro Hardware (aspecto exterior, y físico), ¿Qué hacemos con nuestra actitud?

He podido comprobrar que aquellos directivos y profesionales con un rendimiento extraordinario, son grandes gestores de su actitud, se ocupan activamente de ella. Dice una frase «La mente puede ser un siervo fiel, pero un amo terrible». Lo que parece obvio es que si nos dejamos gobernar por actitudes derrotistas, victimistas o pesimistas, así serán los resultados que encontremos.

Los equipos comerciales, equipos directivos, personal de atención al cliente, son vitales para el buen funcionamiento de una empresa, podríamos decir que de su actitud, depende más del 75% del éxito de la empresa.

Me gustaría compartir contigo algunas prácticas que utilizo para gestionar mi actitud, quizá alguna de ellas te suene interesante:

-¿Cuál es tu primer pensamiento al empezar el día? se consciente de que te dices, sobretodo cuando a las 6:00AM suena el despertador y a tientas por la habitación das tus primeros pasos. Elige pensamientos de aceptación, positividad, que evoquen posibilidad.

-Gestiona los pensamientos limitantes. Si estoy con un cliente y pienso «no va a adquirir mi producto», tendré todas las papeletas para que así sea. Por lo tanto, si un pensamiento de este tipo viene a mi mente, me digo a mi mismo «ahora, no» y continuo centrado en mi cliente.

-Empieza el día con tranquilidad. Despertarte 20 minutos antes, puede cambiar tu forma de estar en el día que empieza. Mi técnica es desayunar bien, y tranquilamente (me suele acompañar en el hilo musical el canto gregoriano de los Monjes de Santa María de Poblet), luego dedico 10 minutos a meditar (obserbar y calmar la mente) y otros 10 a visualizar (focalizar mi intención en aquello que quiero que ocurra en el día).

-Lista de acciones. Cada día empieza con una lista de tareas a cumplir (he aprendido con los años a ser realista y poner aquello que al 90% de posibilidades cumpliré).

-«Primero trágate el sapo». La primera tarea del día será la más compleja y que menos me apetezca hacer «el sapo». Esto me ayuda a, cuando la acabe, tener sensación de éxito, de haber completado y avanzado.

-Pequeñas anclas actitudinales. La ropa es una gran ancla, viste ropa con la que te sientas estupendo/a, dentro de la formalidad o informalidad, se puede ir muy cómodo, y es fundamental para tener una actitud extraordinaria. Otra ancla es la música que escuchas, las personas con las que te relacionas o los productos que tomas para comer o beber.

-Té. El té cambió mi vida, cualquiera que me vea una conferencia o programa de desarrollo me verá acompañado de una tetera con té verde, hierbabuena y algo de azúcar. Su sabor y calidez se han convertido en una ancla para estar relajado y centrado en lo que estoy haciendo.

Y por último, disfruta del talento de los demás, búsca y encuentra a aquellos que sacarán de ti una sonrisa, admiración, lágrima de alegría, llena tu vida de momentos emocionantes. Esta mañana a primera hora tuve la suerte de ver este video, cambió mi estado de ánimo.

Keep walking

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
3 comentarios en “Reinventando la actitud”
  1. Pingback: Actitud se escribe con C de Compromiso | cesarpiqueras

  2. Gracias, César por tan estupendas sugerencias. ¡Lo que es la sincronicidad! Hoy me he levantado y me he preguntado justo lo que propones ¿Cúal es mi primer pensamiento del día? El resultado (soy bastante dormilona): «¡Jolines! ¿Ya?». He decidido cambiarlo por: ¡Otro día!¡Gracias!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio