Los comités de dirección son una pieza clave para una organización, pues de su eficacia, ejecución, coordinación, cohesión y buen clima dependen enormemente los resultados. Hoy me gustaría hablarte de algunas de las claves para ser un comité de dirección saludable y también para evitar la toxicidad que muchas veces aparece en ellos.
La necesidad del comité de dirección
El liderazgo de personas y equipos es algo que depende muchísimo de los momentos clave de interacción con ellos, y las reuniones del comité de dirección son más que necesarias como ahora veremos. A lo largo de estos 13 años acompañando a diferentes empresas y profesionales hacia su mejor versión, he descubierto como muchos directores generales optaban por evitar hacer comités de dirección por varios motivos:
- Veían que estos eran inoperativos, que no tenían resultados tangibles, y por lo tanto prefereían hacer una microgestión del día a día.
- Encontraban demasiado conflicto en estos comités, muchos bloqueos, agendas ocultas y un clima más que enrarecido, lo que hacía que, ante la incomodidad, la gerencia decidiera empezar a postponerlos por «razones de tiempo», y finalmente cancelarlos.
«El comité de dirección no es un elemento negociable en una empresa, es imperativo».
A corto plazo uno puede saltarse tantas reuniones de comité de dirección como prefiera, así como reuniones individuales con las personas de su equipo, pero los estudios en esta materia nos demuestran que esto pasa factura en el largo plazo. Es decir, después de uno, dos o más años sin hacerse correctamente, la factura puede ser letal.
Evitar hacer reuniones de comité de dirección es algo así como evitar tener ese fin de semana romántico con tu mujer o marido, cuando los niños no os dejan mucho tiempo para el encuentro. Al final os pasará factura.
UN COMITÉ DE DIRECCIÓN EN CONFLICTO
Queramos o no, el conflicto es inherente a la naturaleza humana, es muy fácil entrar en conflicto con más personas cuando tenemos un fin común. Sin embargo, hay muchos comités de dirección que están tanto en conflicto que no consiguen ser útiles para la organización a la que sirven.
El problema del conflicto en un equipo es claro: toda la energía que pongamos en un conflicto no resuelto será una energía que nos impida focalizarnos en el cliente, en el crecimiento y sobretodo que nos hará tener más errores. Se ha demostrado que en conflicto en los equipos provoca pérdidas tan grandes que no nos podemos permitir, las peores de todas son los errores que nos pueden llevar a cometer acciones que pongan en peligro nuestra seguridad y salud o la de otras personas.
Cuando estás en conflicto, todos tus comportamientos tóxicos entran en acción y puedes olvidarte de cuestiones elementales que te protejan a ti o protejan a otros, ya que tu atención está puesta en las personas con las que estás en conflicto, en lo que hacen, no hacen o dejan de hacer.
«Dos o más personas de un comité en conflicto real y no solucionado, serán elementos no demasiado útiles para su organización. A corto plazo serán un inconveniente, y a largo plazo un problema de difícil solución».
Pero el conflicto no siempre es visible, podríamos preguntar en nuestro comité de dirección ¿qué conflictos existen en este equipo? y nos encontraríamos con respuestas que no reconocen que existe un conflicto abiertamente. El motivo principal es porque a todos nos cuesta afrontar el conflicto.
Otra disfunción de dos personas en conflicto dentro de un comité es la que llamamos «emparejamiento», es decir que buscamos aliados a nuestra causa para así ser más fuertes. Es entonces cuando se empiezan a crear «grupillos» dentro del comité. Como puedes imaginar es muy divertido.
El problema tiene que ver inicialmente con la ausencia de confianza, lo siguiente es evitar el conflicto, que no quiere decir que no haya conflicto, sino que este permanezca como un elefante invisible dentro de la sala de juntas. Si quieres saber más sobre esto, no olvides leer este artículo sobre las cinco disfunciones de un equipo (caramba, ¡veo que lo escribí en el 2014!). Finalmente dejamos de prestar atención a los resultados…
Un elemento añadido al conflicto es que nunca se queda en la sala de juntas, sino que es expansivo y sale hacia el resto de la empresa. Es decir, si la directora comercial y el director financiero están en conflicto, no sólo serán ellos dos los que lo notarán, sino que a buen seguro pondrán al equipo comercial y al equipo de administración y finanzas en conflicto.
Esto se hace de forma muy subconsciente, no se le dice a las personas «A partir de hoy los del departamento comercial te van a caer mal», sino que los directivos, mediante pequeños gestos, señales no verbales y comentarios, van haciendo notar a sus equipos lo que piensan de los demás. Y si hay conflicto con alguien en el comité, ese conflicto se extenderá a su equipo casi con toda seguridad.
Llevado a un terreno familiar, es algo así como si los vecinos del quinto te caen muy mal. Seguramente tus hijos lo habrán notado en tu forma de hablar, interactuar…, y también les ocurra lo mismo. Has contagiado tu actitud a tus hijos mediante pequeños detalles.
«Ningún directivo reconocería que va por ahí contaminando a su equipo sobre conflictos con un director de otro departamento, pero inconscientemente lo hará».
Por todo esto, que en muchas empresas se estén evitando los comités de dirección. Y en otras se hagan (por imperativo legal), pero no sean operativos, ni elementos motivadores.
UN COMITÉ DE DIRECCIÓN SALUDABLE
Sin embargo, los comités de dirección se merecen funcionar de forma saludable, pues de su interacción van a depender las decisiones, la ejecución y sobretodo el clima transmitido al resto de la empresa. Tenemos que fomentar:
- Una mejor comunicación entre nosotros sin elementos tóxicos.
- Una interacción constructiva, que nos ayude a avanzar y no nos deje bloqueados.
- Afrontar los conflictos que vayan apareciendo (y seguro que lo harán).
- Una clara orientación a objetivos y metas tangibles.
- Asumir cada parte su entera responsabilidad.
- Ser corresponsables en no sacar ningún conflicto del comité hacia el resto de la empresa.
- Hacernos un equipo más fuerte, cohesionado e invencible. Un comité unido es una empesa unida.
La clave pasa por acompañarles a lograrlo. Después de algunos años lidiando con estas cuestiones me he dado cuenta de lo difícil que supone para un líder de este comité cambiar sus dinámicas internas, afrontar estos conflictos abiertamente y conducirlos a buen puerto. Ante esta incapacidad muchos líderes suelen abandonar los intentos.
Algo que me gusta hacer cuando trabajo con un comité de dirección tiene que ver con lograr que mejoren en dos ejes fundamentales:
- El primer eje es relacional y es la clave. Este eje nos habla de la cohesión, tipo de comunicación, gestión del conflicto y de lograr un buen clima.
- El segundo eje es metódico. Muchos comités abandonan sus intentos porque tampoco ven pocos avances, resultados… porque acaban consiguiendo lo mismo en el micromanagement del día a día. La clave para solucionar esto tiene que ver con establecer una forma de funcionar, de ofrecer resultados, de rendirnos cuentas y de lograr avanzar para que veamos el valor del comité de dirección.
Por este motivo, hace años diseñé un programa que acompaña a los comités a lograr ser efectivos y saludables, para poder ofrecer valor a sus empresas y poder llevarlas a un siguiente nivel. Tiene que ver habitualmente con realizar sesiones de coaching de equipos con el comité y también con permanecer en la sombra en algunos comités de dirección para lograr pequeños movimientos en las personas y su interacción que mejoren la forma de llevar a cabo esa reunión tan importante.
Si diriges o formas parte de un comité de dirección es tu responsabilidad lograr un buen clima en el mismo, lograr ejecución, tracción y buenos resultados. Lo contrario pone en peligro a tu empresa, y eso no es negociable.
Nos vemos en la cima.