Buenos días, espero que estés muy bien. Por aquí ya de nuevo en mi día a día, de vuelta de unos días estupendos en Sevilla con Belén trabajando la semana pasada y hasta este lunes de vacaciones. Hoy madrugando, como de costumbre, son las 5:34, hay días en los que si quieres que el trabajo salga adelante tienes que despertarte muy temprano, y hoy es uno de ellos. Anoche, no sé porqué, me acosté pensando en Apple, quizás sea porque he vuelto a iPhone (6+), y de nuevo empiezo a darme cuenta de todos aquellos motivos que, con el tiempo, me han llevado a confiar en esta marca para nuestros ordenadores, tablets y teléfonos. En verano del 2013, mientras estaba de vacaciones, hay tres cosas que aprendí de Steve Jobs leyendo su biografía, hoy te las cuento…
Su biografía me pareció genial en muchos aspectos, aunque también es verdad que quizás la fiebre Steve Jobs haya pasado un poco de largo después de su muerte, hay libros que merecen la pena, y este es uno de ellos. También es cierto que desde siempre me ha gustado la tecnología, mi pasado electrónico e ingenieril habla de ello. Yo era de los que se compraba los libros TTL de Muiderking y se ponía a trastear con cualquier circuito integrado que cayera en sus manos.
3 Cosas que aprendí de Steve Jobs
Cuidar el diseño
Para Jobs el diseño era la clave, la tecnología tenía que ser bella, tremendamente bella. Pensaba además, que un ordenador, no sólo tenía que ser visualmente por fuera atractivo, sino que su interior debería de serlo también, aunque su interior nunca fuera a abrirse por el usuario medio de Apple.
Era de los que pensaba, así a grosso modo, que un mueble, no sólo puede ser bonito por la cara de delante. Se decía a sí mismo que si el mueble no era también bonito, bien acabado y pintado por la parte de detrás, la que mira a la pared, no valía la pena.
Por este motivo Steve se obsesionaba con diseñar ordenadores que no hicieran ruido, con botones que no hicieran «click», con pantallas que visualmente fueran perfectas.
La filosofía de Jobs era que la tecnología tenía que ser diseñada como una extensión del cuerpo del ser humano, y por lo tanto bella y funcional.
Ser inconformista
Creo que a cabezón no le ganaba nadie. Si lees la biografía vas a encontrar miles de momentos en los que cuando se le mete algo en la cabeza mueve cielo y tierra para conseguirlo. De esta forma, era capaz de tirar por tierra 1000 ideas de su equipo diciendo literalmente que eran todas una «m*****», hasta conseguir el diseño 1001, con el que sí que se sentía contento. De cuidar las formas y mantener su temperamento no podriá dar clases, pero de ser inconformista podría escribir una biblia.
Creo que en nuestros negocios tenemos que ser inconformistas, y serlo para mejorar cada día.
Las soluciones mediocres producen resultados mediocres, nos cuesta aprenderlo.
Hacemos las cosas a medias, con los mínimos recursos, y al final lo que queda es un trabajo a medias, bastante imperfecto. Esta idea de buscar la perfección que Jobs nos transmitió vale la pena en un entorno empresarial en el que sólo destacan los que aspiran a la excelencia.
Y no podemos negar que las últimas creaciones de Apple no nos transmitan esa sensación de perfección.
Cuidar la experiencia del cliente
Llegó un momento en el que los Apple se vendían muy bien, pero Jobs tenía un problema: todavía se vendían en tiendas de resellers. Es decir, que sus «obras de arte» todavía las vendían otros. Otros que no conocía, en lugares que no podía controlar porque no eran de su propiedad, en tiendas pintadas con colores y diseños que no podía diseñar el mismo. En definitiva, decidió crear la distribución a través de sus propias tiendas.
En ese sentido, la primera tienda fue la de Cupertino, California. Cerca de su casa y en la que cuidó hasta el más mínimo detalle. Ahora todos conocemos la experiencia de entrar a una tienda Apple y disfrutar de unos minutos toquiteando todo dispositivo que pasa por tu mano.
Todo cambia en el momento que eres consciente de algo y te empeñas en conseguirlo. Jobs lo hizo con casi todo.
¿Porqué después de tanto esfuerzo permitir que tus productos se vendan de cualquier manera? Cuidar el más mínimo detalle significa cuidar de la experiencia del cliente en todo momento, por eso fue un acierto crear las tiendas Apple.
Aprendí unas cuantas cosas más de Jobs en su biografía, pero estas tres ideas son las que más recuerdo.
- Cuida mucho el diseño.
- Se inconformista y aspira a la perfección.
- Vela por crear una experiencia de cliente única y memorable.
Que tengas un gran día.
6 comentarios en “Tres cosas que aprendí de Steve Jobs”
Tras muchos meses leyendo tus reflexiones, hoy si me he lanzado a comentarla, por dos motivos.
El primero el personaje que aparece en el. Me apasiona el mundo de la tecnología y quien mejor que Steve Jobs como maestro, persona peculiar, inspiradora, directa, visionaria …
Y en segundo lugar, la verdad que estoy muy de acuerdo en cuidar todo hasta el final!
Cualquier detalle de cada elemento, producto, acción, etc. es la esencia de si mismo. La suma de todos ellos (los detalles) dan el valor añadido y diferenciador. Si uno falla, fallan todos, si todos están en sintonía y coherencia, se consigue la excelencia.
Muy buen texto Cesar!
Te sigo leyendo 😉
Hola Juan, Gracias! es un honor recibir tu comentario y saber que te animas a escribir aportar tu visión hasta más lectores. Un fuerte abrazo Juan, GRACIAS
En la mejora continua está la virtud. Creo que se debe aplicar a cualquier ámbito de nuestra vida.
Gracias Mil!
Gracias Ricardo! que tengas un gran día!
Genial!! gracias. Interesante e inspirador.
Slds
Diego
😉