Construimos poco sobre nuestras fortalezas, más bien solemos ser demasiado críticos con nosotros mismos y con todo lo que «nos falta» para ser quienes queremos ser. Todos tenemos un pequeño juez interior que dicta sentencia sobre lo poco bien que hacemos algo, sobre lo mal que se nos da una habilidad o sobre todo lo que podríamos mejorar de nuestra conducta, comportamiento y actitud. Después del siglo de la industria, tendemos a vernos a nosotros mismos como máquinas, que necesitan ser «arregladas» porque en la actualidad no funcionan del todo bien.Uno se puede pasar la vida entera centrándose en sus debilidades, en sus puntos de mejora, en sus errores… y así se le puede pasar el tiempo, frustrado constantemente por no conseguir completar su ser.
Sin embargo, la psicología positiva nos plantea otro enfoque
«¿Y si ya estuviéramos completos?,
¿Y si ya contamos con recursos suficientes para lograr todo aquello que nos propongamos?»
Considerarnos incompletos es hacernos un flaco favor, es amarnos y querernos poco, y en definitiva mermar cada vez más el sentimiento de capacidad hacia nosotros mismos. Por este motivo, y como no entiendo que el ser humano esté incompleto, creo que tenemos que hacer un cambio decidido sobre nuestra forma de entender el desarrollo personal y profesional. Basado en fortalezas y no tanto en debilidades.
Desde las fortalezas es más fácil crecer, cuando uno asume y potencia sus fortalezas se siente mucho más capaz de trabajar con sus «debilidades». De forma que si potenciamos lo que funciona muy bien en nosotros, nos estamos asegurando sentirnos más completos, en lugar de ir siempre buscando en los demás y en el mundo esa parte de nosotros que nos falta.
Sería conveniente que cualquier persona se hiciera estas preguntas:
- ¿Qué se te da mejor, en que eres muy bueno/a?
- ¿Qué cualidad innata destacarías de ti mismo/a?
- ¿Qué es aquello que haces con lo que te sientes completo y feliz?
De forma que la invitación que hago es a centrarse en eso que tú sí eres, eso que se te da muy bien y potenciarlo al máximo, en tus fortalezas. En lugar de ir queriendo arreglar y llenar huecos «que crees» que tienes. Una vez que hayas asumido tus fortalezas, te será más fácil (e incluso no te importará) convivir con tus debilidades.
Por favor, añade cualquier aportación o comentario, seguro que es enriquecedora.
Keep walking
4 comentarios en “Fortalezas y no debilidades. Psicología positiva”
Estoy de acuerdo que hay mucho que trabajar en la infancia,,,me case con una mujer que tubo una niñes fatal y creanme que hasta hoy que tiene 37 años tengo muchos conflictos con su caracter agresivo para mi y con mis hijos,es muy complejo ….creo que hasta al psicologo le tiene engañado porque las terapias poco o nada hacen…que sera de hacer?
Gracias Oswaldo! Siéntete invitado a este blog siempre que quieras. La verdad es que no te puedo dar consejo rápido sobre lo que comentas, pero tú tienes una intuición maravillosa que seguro que es más acertada de lo que yo, desde la distancia y el desconocimiento pueda decirte. Un abrazo!
Merecería la pena que tal aprendizaje se trasmitiera desde la infancia
Buenos días Susana, gracias por tu comentario, estoy 100% de acuerdo contigo. Un fuerte abrazo y siéntete invitada a comentar siempre que quieras, gracias.