La semana pasada hablaba sobre innovación en este post que ya ha recibido varios miles de visitas y hoy me quiero centrar en un tema que me parece clave para la innovación: Las preguntas sin respuesta. Bueno aunque en realidad para ser justos tendría que decir «sin respuesta aparente» o «preguntas muy desafiantes»…
Creo que no innovamos porque no somos lo suficientemente atrevidos al hacernos preguntas, que no nos desafiamos a nosotros mismos lo suficiente…
Aquí es cuando recurro a mi sufrida estantería y retomo un pequeño libro que leo de vez en cuando. Una de las joyas de la corona de mi biblioteca «Cartas a un joven poeta» de Rilke.
Riner Maria Rilke escribió cosas extraordinarias a lo largo de su vida, pero la frase que encontrarás en este libro y que quizás también a ti te impactó como lo hizo conmigo, es esta:
Creo que una frase así responde a toda una filosofía de vida, en la cual no es tan importante el destino sino el camino.
La felicidad, ese intangible que pocos encuentran no se encuentra en ningún lugar, sino en nuestros propios pasos.
Pero no me quiero desviar de mi intención de hoy, que es ayudarte a innovar haciéndote a ti mismo preguntas sin respuesta, ¿a qué me refiero? Me explico:
Preguntas sin respuesta aparente
Para innovar hay que estar decididos a hacernos preguntas y más preguntas sobre cómo podrían ser las cosas. En ese sentido, se demuestra que los equipos que más innovan y las empresas que más logran cambiar el status quo son aquellas que se hacen preguntas desafiantes de los pies a la cabeza.
Estas preguntas nos invitan a salir del marco de percepción y pensamiento habitual y nos hacen entrar en otro mundo, nuevo, y en el que existe innovación.
Por ejemplo, pongamos que somos constructores, y queremos innovar. Una pregunta clásica por ejemplo sería: «¿Cómo podemos hacer viviendas más confortables?», o «¿Cómo podríamos hacer viviendas más asequibles»?… Sin embargo estas preguntas son las típicas que cualquier persona se haría. Aunque hay quien no llega a esto. A la vista está nuestro parque de viviendas: poco confortables y hipotecas de 700€ a 35 años. Ni una cosa ni la otra. Habría que meter en la cárcel a más de uno por estos temas.
Las preguntas, para ser eficaces, deben ser desafiantes, rupturistas, atrevidas, arriesgadas…
Dos preguntas sin respuesta aparente y desafiantes como ellas sólas sería:
- -¿Cómo podemos construir una casa en un sólo día?
- -¿Cómo podemos hacer una vivienda por 6.000€?
Son preguntas que nos sacan del marco de referencia, que nos invitan a pensar fuera de la caja y por lo tanto a crear algo nuevo. Seguramente es lo que pensaron estos señores chinos que construyeron este edificio en 360 horas, unos 15 días:
La innovación tiene que ver con hacernos este tipo de preguntas. Más ejemplos para otros sectores serían:
- -¿Cómo podemos fabricar un Smartphone…sin batería?
- -¿Cómo sería un ordenador… sin pantalla?
- -¿Cómo sería un ordenador… sin teclado ni ratón?
- -¿Cómo funcionaría un buscador…sin conexión a internet?
- -¿Cómo podríamos acabar con la probreza mundial… en un sólo año?
Cuando un problema que se nos plantea es lo suficientemente interesante y desafiante, por lo general nos situamos a la altura de las circunstancias.
Por este motivo, cuando participo en alguna sesión de innovación para un cliente solemos poner encima de la mesa este tipo de preguntas, porque son las que más nos hacen pensar y con las que obtenemos mejores resultados.
Ponga a su equipo a pensar en estos términos, atrévase a esgrimir preguntas complicadas que les saquen el status quo. Habitualmente nos incomoda hacernos estas preguntas, porque nos obligan a salir de lo habitual, del confort de nuestras sábanas. Sin embargo, para evolucionar, hay que atreverse a cambiar el mundo. De lo contrario lo tuyo seguirá siendo una commodity.
Un truquillo que funciona muy bien es hacer primero una conexión entre la parte racional y emocional de nuestro cerebro. Construir un smartphone sin batería supone un desafío racional de la leche. Pero si pensamos en los beneficios que eso tendría para el planeta y para aquellos países en vías de desarrollo conectamos con la parte emocional que da sentido a un proyecto de este tipo. La creatividad surge de la unión de todas nuestras cualidades, y en este caso, la magia y la artesanía de nuestro cerebro se deben de juntar para producir genialidades.
Yo creo que Steve Jobs era un genio. Hay quien dice que era un cretino, porque alguien que sufre cáncer no debería vivir los últimos años de su vida trabajando más intensamente. Sin embargo, creo que cada uno puede invertir su vida en lo que le de la gana siempre que no haga daño a otros. Y si Jobs tenía un cáncer de páncreas, tenía también el derecho a hacer con su vida lo que le viniera en gana. Eso faltaba.
Steve Jobs era un genio porque se planteaba internamente todo este tipo de preguntas sin respuesta aparente. Y por este motivo, acabó inventando genialidades que hoy todos utilizamos, y que han inspirado a otros fabricantes a seguir su línea y al mundo entero a entender la tecnología de forma diferente. Luego tenemos a Microsoft que, bajo mi punto de vista, en los últimos 20 años no ha creado ninguna genialidad… (sé que esta afirmación generará polémica)
Creo que el futuro se decidirá por las preguntas mismas, eso es lo que determina tu tasa de éxito.
Si no estás obteniendo las respuestas que necesitas, tendrías que plantearte qué tipo de preguntas te estás haciendo.
Y ahora, te dejo de nuevo con las palabras del Poeta, que merece la pena leer de nuevo, qué grandes:
Ten paciencia con todo aquello
que no se ha resuelto en tu corazón
e intenta amar las preguntas por sí mismas,
como si fueran habitaciones cerradas,
o libros escritos en una lengua extranjera.
No busques ahora las respuestas
que no estés preparado para vivir.
Pues la clave es vivirlo todo.
Vive las preguntas ahora.
Tal vez las encuentres,
gradualmente, sin notarlas,
y algun día lejano llegues a las respuestas.
Pd: Post de prufundización «Esto es para los locos»
Que tengas un gran día.
3 comentarios en “Preguntas sin respuesta para poder innovar”
Nuevamente César felicidades.
Pedazo de post. El texto del libro, simplemente GENIAL
La verdad es que, en mi opinión, es toda una lección. Aunque antagónica a los tiempos en que corremos: pues tenemos prisa por todo, nos dan prisa para todo..y se hace complicado esperar, tener paciencia para que las cosas fluyan.
Buenos días
Espero que vaya muy bien Susana! y que fluya todo! Abrazos