Buenos días, hoy ando por Logroño la tierra del Rioja y las tapas. Es una lástima estar por aquí y no tener tiempo para ir a tapear a la calle Laurel. Mi mujer y yo todos los años venimos por aquí en verano y aprovechamos para hacer nuestra particular senda de los elefantes en esta calle (luego le sigue una siesta castellana claro). La noche ha sido larga y extraña, ayer acababa a las 20:00 en Valencia y tenía que estar esta mañana por aquí a primera hora para trabajar con un grupo de tiendas del sector de la construcción, así que no quedaba otra que conducir de noche, tomar café, dormir poco y madrugar para estar entero las próximas horas. No me gusta demasiado conducir de noche, prefiero madrugar lo que haga falta. Aun así, si hay que hacerlo se hace, es cuestión de mentalizarse, tener unos audiolibros a mano, comer pipas para evitar el sueño y disfrutar del camino…
Esta semana está llena de retos, digamos que está llena de proyectos para continuar, proyectos para empezar, y tareas que llevar a cabo. En mi forma de organizar el tiempo hay una variable que no cabe: quedar mal con un cliente. Si algo no lo voy a poder hacer prefiero no aceptarlo. No me podría perdonar que un cliente no se sintiera satisfecho por el trabajo que hemos llevado a cabo. Creo que los clientes son un bien demasiado valioso como para no satisfacer sus necesidades.
Las empresas tienen que preguntarse a quien sirven ¿a sí mismas?, ¿al cliente?, ¿al capital?… Creo que una estrategia de servicio al cliente siempre trae recompensas colaterales.
Hoy reflexiono sobre la necesidad de organizarse, de hacer que todo lo que queremos que se lleve a cabo lo podamos cumplir, de ser efectivos.
Cuando todo llama a mi puerta, cuando parece que ya no cabe ni un proyecto más, mi forma de organizarme es dar prioridad a cada cosa. Te diré algunos consejos y técnicas rápidas, ya que hoy (igual que ayer), el tiempo no es una de mis variables más disponibles.
- Cuando todo llama a tu puerta tienes que decir NO más a menudo. Decir no es sencillo, pero aprender a decir no sin quedar mal con la otra persona es una virtud.
- En los momentos de saturación tienes que hacer limpieza. Es decir, quitar de tu mente, mesa y espacio lo que sobra, quedarte con lo esencial. Poner en una hoja de papel lo que es realmente importante y desechar el resto. La meditación me ayuda a hacer limpieza mental, y organizar el día antes de empezar a hacer limpieza sobre las tareas y asuntos de los que debo ocuparme.
- Empezar por lo importante es fundamental, ¿Qué es lo más urgente?, ¿De qué te podrías ocupar ahora?
- Trabajar en bloques de tiempo. Ahora mismo mi reloj marca las 7:34 me quedan seis minutos para acabar este post en los 15 minutos que me había propuesto. No hay más, hay que saber acotar el tiempo.
- No aceptar nada que no esté en tus planes. Si ya es difícil tener un plan, más difícil todavía es cuando lo tienes y tienes que limitar que otras tareas, personas, llamadas se cuelen en tu plan. En momentos de saturación hay que saber poner una barrera entre tus objetivos y todo lo demás.
Que tengas un gran día.
6 comentarios en “Organizarse o no organizarse, esa es la cuestión”
Muchas gracias Cesar por este artículo. Soy un convencido que la prioridad es el cliente, interno y externo Por ello valemos. Un abrazo. Juan Manuel Pereira
A por ello Juan Manuel! un abrazo!
Es complicado decir que no, pero mucho peor es decir que sí a algo que no vas a poder cumplir o disfrutar. Muy buen post.
Estoy 100% contigo Ricardo! un abrazo
Muy bueno todo lo que nos expusiste ayer en Logroño, y aunque el nuestro es un sector muy arraigado en costumbres, muy difíciles de cambiar, hoy es un día de reflexión. Gracias.
Hola Naiara! Me alegra haberte concido y compartido la mañana de ayer con vosotros. Todo un placer, y un honor. Seguro que cn personas como tú, el cambio se irá produciendo. Un fuerte abrazo!