Buenos días ¿Cómo estás? Es posible que alguna vez hayas tenido la sensación de ser feliz, o incluso que la sientas ahora mismo (¡sería un honor para mi!). Es posible que cuando hayas sentido esa felicidad te quieras aferrar al momento, quedarte ahí para siempre. Si no alcanzas la felicidad duradera, puedes estar tranquilo, no conozco a ninguna persona que lo haya hecho…
Alcanzar la felicidad: no lo intentes
Quizás algunos sí sean capaces de lograrlo, pero yo no los conozco en persona. Los lamas del Tibet, las personas que alcanzan el estado de Nirvana o iluminación, quizás sí estén en ese lugar en el que existe ausencia de miedo, ausencia de dolor y sobre todo hay una paz interior duradera y un amor incondicional. Pero el resto de mortales estamos en el otro lado, en ese lado en el que intuimos qué es la felicidad, pero muy pocas veces nos sentimos completamente felices.
Alguna vez en mi vida he sido completamente feliz, son tan sólo instantes, segundos. Pero es difícil volver a evocarlos, de hecho cuando los buscas no los encuentras. La felicidad tiene esa característica, cuando la buscas a conciencia, no la encuentras. Hay que dejarse entrar en su mundo, permitir que penetre en cada poro de tu cuerpo, dejar que la felicidad te imbuya.
Sin embargo, un día no sabes por qué contactas con una sensación de satisfacción total, de plenitud interior, parece que todo está en su sitio. Quizás sea un día mientras caminas hacia tu coche, mientras tomas un café con un amigo o mientras miras a tu hija. La felicidad se esconde en pequeños detalles, en diminutos instantes que te cortan la respiración, tiene esa característica.
Pero si no has alcanzado la felicidad no te preocupes demasiado, es normal. Eduardo Galeano dice una frase que me resulta muy familiar:
«La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar».
Sustituye en esta frase de Galeano la palabra utopía por felicidad y verás que tiene todo el sentido del mundo.
La cuestión es que ser feliz por serlo es artificial. Pero sí podemos crear las condiciones para la felicidad. Es algo así como la motivación en el trabajo, no se puede motivar a las personas, pero sí se pueden crear las condiciones para que esa motivación tenga lugar.
Con la felicidad no te invito a perseguirla, nunca llegarás a ella. Te invito a caminarla, pues estás en ella, es un camino en el que tú decides caminar cada día.
- Hoy puedo ser más feliz si sonrío más.
- Hoy puedo ser más feliz si me detengo a mirar un poco más a los ojos a cada persona.
- Hoy puedo ser más feliz si soy más consciente de todo lo que voy a comer.
- Hoy puedo ser más feliz si en algún momento del día me detengo a dar un paseo o a estar conmigo mismo.
- …
Hay entornos que promueven la felicidad, pero que no la aseguran. Por ejemplo, si hoy visitáramos un templo Zen o un templo Cristiano como el Monasterio de Poblet, muchos de vosotros os sentiríais felices. La paz que se respira, la calma y el hecho de estar dentro de un templo con casi 1.000 años de historia hace que conectes con una sensación de plenitud considerable, aunque sea por segundos. Lo sé porque he visitado este templo con algunos clientes y amigos y he visto sus caras.
Pero en realidad nada asegura tu felicidad, ningún lugar, ninguna persona y ningún dispositivo de Apple (bueno, ¡de vez en cuando nos hacen muy felices!). La felicidad se escapa de tus manos porque es su naturaleza, no es un lugar es un Rumbo. No es un sitio al que vas a llegar, es un lugar hacia el que puedes caminar.
Todos los seres humanos somos iguales en este aspecto, da igual tu sexo, raza, religión o condición: podemos aspirar a la felicidad.
Yo aspiro a ser feliz, pero sé que moriré con la misma sensación que tengo ahora, con la sensación de estar caminando hacia ella. Y es maravilloso caminar hacia la felicidad, crear las condiciones, disfrutar de lo que tenemos, aunque eso que tenenemos no sea lo mejor.
De vez en cuando la toco, la siento, pero son sólo segundos… o quien sabe si menos…pero es maravilloso. Absolutamente maravilloso, un orgasmo multiplicado por 1.000, imagina.
Así que no te preocupes si no has alcanzado la felicidad, yo tampoco. Pero camina hacia ella por favor, incluso nos veremos en el camino.
Que tengas un gran día.
12 comentarios en “¿No alcanzas la felicidad? Yo tampoco”
Un post extraordinario!!! Muy acertado y con el que estoy totalmente de acuerdo. Como bien dices la felicidad «… es un lugar hacia el que puedes caminar …», así que lo mejor que podemos hacer es disfrutar del camino. Muchas gracias Cesar.
Gracias Toni! Espero que estés de cine. Un fuerte abrazo.
Nos proponemos con tanta ansia llegar a ser felices, que no nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor. Perdiéndonos esos momentos y detalles que si fuéramos conscientes de ellos estaríamos en el camino de alcanzar en momentos ese sentimiento, porque la felicidad no es algo que se alcanza y ya está. Gracias por tu articulo Cesar.
Muchas gracias Alberto por tus aportaciones! un abrazo.
Querido caminante de la vida, hoy me ha llamado la atención tu post. Hablas de felicidad, de que Lamas del Tíbet quizás no tengas miedos.
Yo interpreto la realidad como que el estado de felicidad en el que siempre uno se está riendo y no tiene miedos, no existe, para nadie que viva en este mundo. Creo más en el estado de paz interior, en el que a pesar de miedos, y demás estados emocionales, uno se siente tranquilo en el momento y lugar que le corresponde. Pues el ser humano para aprender o evolucionar debe pasar a veces por esos estados.
No creo en el concepto de felicidad que siempre nos han vendido
Felicidades por tu post y Buen Día
Gracias Isabel por tus comentarios. Estoy 100% de acuerdo contigo, para mi también la felicidad es como ese reloj parado a las 7:00 del cuento de Papini. Aunque a uno no dejen de impresionarle conocer a personas que han aprendido a lidiar con todos los demonios interiores, y se encuentren en un estado de plenitud casi continuo. Un fuerte abrazo y gracias por aportar. Feliz día Isabel
Buenísimo César tu artículo. Estamos continuamente absorbiendo en creer que la felicidad es TENER cuando yo siento que se enseña poco- nada a SER, es normal que las personas no sepan lo que sienten y estén más insatisfechas y ansíen esa Felicidad eterna
Gracias Isabel! Un abrazo y feliz semana
La principal causa de infelicidad es la búsqueda de la felicidad. Vivamos, afrontemos los caminos sinuosos de nuestra existencia, unos más agradables y otros más dificultosos, y posiblemente lleguemos a ser felices…hasta el día en el que nos preguntemos si somos felices. Paradójico.
Felicidades por el artículo. un saludo.
Hola Miguel Ángel! Vaya que sí, estoy 100% contigo. En lugar de buscar, el objetivo es ser, en toda su extensión. Un abrazo.
Como casi siempre César, totalmente de acuerdo contigo. La felicidad es un estado al que hay que ir andando hacia ella. Y aprovecho para citar un fragmento poético de Machado:
«Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos, caminos sobre el mar.
Nunca perseguí la gloria, ni dejar en la memoria de los hombres mi canción;
Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse de sol y grana, volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente y quebrarse…
Nunca perseguí la gloria.
Caminante, son tus huellas, el camino y nada más;
Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar».
Gracias Pablo. Genial que cites a Machado «Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón» esta frase lo dice todo. En los pequeños mundos sutiles está la felicidad. Que grande. Un abrazo Pablo, y aunque estemos en Otoño, y cerca del invierno, no te enfríes.