Visto lo visto en el panorama macroeconómico internacional, y después de un tiempo en el que las empresas y profesionales han sufrido en su gran mayoría las consecuencias de las decisiones que globalmente tomamos años atrás, ahora toca no sólo hacer balance, sino prepararnos para afrontar tiempos todavía más retadores. Hay que mantener la experanza.
No dudo que en momentos como estos, el mundo es una oportunidad para todos aquellos que haciendolo lo mejor que podemos tratamos de diferenciarnos, aportar valor a nuestros clientes y crecer y ayudar a crecer en tiempos de dificultad. Sin embargo, la realidad que viven muchas empresas y profesionales pinta de otro color.
Muchos estan cansados de ver el ideograma chino para la palabra «crisis», o mejor dicho, no consiguen ver la oportunidad en ningún sitio. Sí, el ideograma chino nos habla de cambio y oportunidad, pero algo que quizá se olvidó su creador fue preguntarse ¿esa oportunidad sería para todos?
Lo que parece lógico, es que la oportunidad de aprender y de mejorar con la dificultad y los malos tiempos, no la vamos a perder nunca, y eso sí, es para todos. Sin embargo, cuando el vecino de al lado está francamente dolido, de poco nos sirve decirle que busque las oportunidades, porque a lo mejor no tiene ni idea de como hacerlo o se le hayan empezado a acabar. Pero no es esto lo que me preocupa en este momento. Me preocupa cuál será nuestra próxima realidad, a qué retos nos enfrentaremos del 2012 al 2015. Repito tenemos que mantener la esperanza
Tal y como está configurado el manejo de la información y los flujos de poder actualmente, tiene sentido prepararse para algo mucho más retador. Después de la bajada del rating de la triple A a EEUU, y el descalabro que sufre Europa, como empresas, parece lógico pensar no sólo en optimizar nuestra gestión, sino también en preparar a nuestros equipos para ser más resilientes y capaces, para conseguir más con menos. Me cuesta pensar que España será un pais con muchos parados de larga duración. Sin embargo, teniendo en cuenta lo que está costando cambiar el modelo productivo (nos encontramos en pañales en este terreno), se podría pensar que dificilmente en los próximos 4 años bajaremos de los 4 millones de parados.
Imagino a las grandes expediciones como la de Shackleton a la Antártida en la que constantemente se tuvo que preparar al equipo para asumir retos inimaginables, como lo fue que su barco se hundiera en el hielo y tuvieran que sobrevivir después de 16 meses en el hielo. Imagino la capacidad de sobreponerse a la adversidad de muchos padres y madres de familia cuando las cosas han ido realmente mal para los suyos, y me quito el sombrero ante la mayor parte de personas que han podido salir de situaciones críticas, con valentía, coraje y la determinación suficiente para que el desánimo no tuviera demasiado espacio en sus hogares, empresas, expediciones.
Soy un fiel creyente de que la realidad es una mezcla del conjunto de sentimientos, actitudes y acciones que el mundo alberga, y más aún, creo que dentro de ese mismo mundo, cada uno encuentra una realidad distinta (a lo cual te invito). Pero, hoy no me preocupa decirte que hagas todo lo posible por ver la cara lúcida del mundo, tanto como invitarte a que colabores a hacer todo lo que puedas para que aquellos que no ven la luz puedan empezar a ver más allá de las dificultades, la adversidad y los retos. Ahí van algunas reflexiones:
- Un equipo con miedo no sabe funcionar adecuadamente. No es tiempo de ser «mensajeros del miedo», todo lo contrario, hay que convertirse en transmisores de esperanza, no quiere decir que seamos unos soñadores irrealistas, piensa en el título de esta entrada «Con los pies en el suelo y la vista en las estrellas».
- Se realista, explica la situación, deja que las personas tomen contacto con ella y a partir de ahí, con madurez, trazar un plan de mejora.
- Transmite austeridad como forma de hacer las cosas (si no lo has hecho ya), no pienses que la austeridad es algo puntual.
- Construye una empresa sobre sólidos cimientos. Si el sistema, si el mundo está cambiando, más vale que lo hagamos cambiar a mejor. Así que es momento de empezar a pensar en como queremos que sean nuestras empresas en el futuro, como queremos que sea la realidad que vivirán nuestros hijos.
- Evita la culpa y la queja. De poco sirve culparte a ti o a otros, nada vas a solucionar hasta que no transciendas al sentimiento de rechazo hacia ti o hacia el mundo y empieces a buscar soluciones.
- Crea un clima de cohesión, reúne a tu tripulación en el salón de proa, permanecer unidos, crea un sentimiento de unidad, pertenencia y posibilidad justo antes de que llegue el temporal, en estos tiempos es lo que muchas personas necesitan para dar lo mejor de sí mismos.
Te espero en ese lugar, con los pies en el suelo y mirando a las estrellas.
Un fuerte abrazo y ánimo.
1 comentario en “Mantener la Esperanza. Con los pies en el suelo y la vista en las estrellas”
Como siempre César te felicito por este post, pero hoy más que nunca animo a los que lo hemos leído a ponerlo en práctica, queremos, sabemos y podemos hacerlo. Enhorabuena.