Buenos días! Cómo estás? Espero que empieces esta semana con energía positiva, y que te pongas tu mejor actitud, sonrisa y peinado antes de salir de casa (yo esto último no puedo hacerlo, jeje). Como sabes, Belén y yo estuvimos la semana pasada en San Sebastián, por eso no escribí en este blog más que el miércoles. En estos días por el Norte de nuestro maravilloso país, he tenido una reflexión, la he llamado «El botón del pánico de tu vida»… te cuento…
El motivo por el que hemos estado en esta maravillosa ciudad, todavía no te lo puedo desvelar. Se trata de un proyecto que verá la luz en unos meses, preveo que el 4 de Mayo podría ser un buen día para el lanzamiento, pero todavía quiero estar seguro de algunas cosas. La cuestión es que Belén y yo hemos sido egoistas, y nos hemos tomado una semana de semivacaciones… medio trabajo, medio vacaciones.
Por las mañanas hemos trabajado al 100% y por las tardes hemos tenido tiempo libre, el rendimiento ha sido muy alto, y el disfrute también. Y claro, eso en una ciudad como San Sebastián, da para mucho ¡Se me olvidó meterla en mi resumen de las ciudades con marca!
Con tu permiso hoy me permitiré añadir algunas fotos para hacer más gráfico este artículo. Empezaré con algunos de los pintxos que encontrarás en los cientos de bares del casco antiguo de esta ciudad. Una de las condiciones imprescindibles para elegir una ciudad de vacaciones es que se coma muy bien en ella. San Sebastián cumple con esto y mucho más. Por suerte mi peso sigue igual, algo bastante difícil cuando tienes tantas opciones al alcance de tu mano.
El botón del pánico de tu vida
La cuestión es que una tarde subimos caminando al Monte Igueldo, lo del funicular nos parecía demasiado fácil, además así haces algo de ejercicio. Cuando llegas arriba te encuentras con el Hotel Mercure, y su cafetería, que es genial para tomar algo en los sofás mientras ves el mar Cantábrico desde lo alto, en todo su esplendor, y casi 200kms de costa Francesa y Española, si el día está claro.
Creo que es el mejor lugar para hacer de todo, hasta una reunión de negocios. Si quieres que tu equipo directivo piense fuera de la caja, no lo metas en la sala de juntas y los aburras, llevátelos al Hotel Mercure del Monte Igueldo y le darán la vuelta a tu empresa de tanta creatividad que saldrá de sus cabezas.
La cuestión es que estando con Belén tomando un té en esos sofás, pensé «Me gustaría tener un botón del pánico de mi vida»… No es que quiera evadir nada, ni tampoco ausentarme de mis responsabilidades, sería algo al estilo de protección, un salvavidas, una forma de poder parar la escena de tu vida, poner pausa, y poder retirarte a algún lugar siempre que lo necesites…
Esa tarde pensé que para nosotros el Hotel Mercure sería un buen lugar como hipotética habitación del pánico, a la que entrar cuando las cosas por ahí afuera se pongan muy feas.
Siendo realistas, tengo muchos botones del pánico, el Monasterio, Sevilla, Granada, Bilbao, etc…
Aunque nosotros no estábamos alojados en este hotel, sino que, por primera vez, habíamos utilizado AirBnB para alquilar una casa en el casco antiguo, nos seducía más la idea, y nos permitía trabajar mejor, y como puedes ver en las imágenes, mejor que una habitación de hotel. El precio similar, unos 700€ por 7 días. En la misma calle 31 de Agosto, ¡la de los pintxos!
Si te apetece ir aquí puedes hacer la reserva.
La cuestión es que todos necesitamos un lugar al que poder ir, si aprietas tu particular botón del pánico. Algunos euros, y unos días es lo que te separa de ese lugar.
Muchas personas nunca aprietan el botón del pánico.
Yo siento que lo hago muy a menudo, cosas que tiene uno. En cuanto me veo algo saturado, estoy buscando días en la agenda para poder volver mi particular estado de tranquilidad y paz.
- ¿Cuál es tu lugar?
- ¿Cuántas veces tendrías que pulsar tu botón del pánico y no lo haces?
Ha sido espectacular correr cerca de los acantilados, y por la Playa de la Concha, tan sólo he salido tres días a correr, pero ha merecido mucho la pena.
Por otro lado, si vas a San Sebastián, no puedes olvidar tomar un café en el Hotel de Londres, mirando por las ventanas al paseo. Si el café lo acompañas con la tarta de chocolate y nueces, mucho mejor.
En muchas ocasiones, las personas nos agobiamos, nos gustaría salir de la rutina, dejar de correr en la misma rueda de hámster…
Es en esos momentos dónde pienso que tenemos que tener estrategias para cambiar el ritmo, para bajar la velocidad un poco, para volver a retomar el contacto con la música que suena en tu interior, para pasar de un Prestíssimo a un Adagio, para volver a recuperar la energía y el pulmón que necesitas.
Y para esto, nada de más ayuda que un chocolate con churros en la Chocolatería Santa Lucía, en la Calle Puerto, 6 (Casco Antiguo), ahí va una muestra… Sólo lo hemos hecho un par de días, pero también es un excelente botón del pánico, jeje.
Hacía frío estos días en San Sebastián, llegamos con el temporal y nos ha venido muy bien, porque la ciudad estaba tranquila, hemos podido ver romper las olas muchas tardes, y nos hemos puesto guantes y gorro.
Ahora hay que empezar la semana, poner toda la energía disponible para los próximos diás, hay muchas cosas interesantes ocurriendo ahora mismo por mi vida, te contaré. Recuerda tener a mano tu botón del pánico, y pulsarlo de vez en cuando, te vendrá bien.
Que tengas un gran día.
25 comentarios en “El botón del pánico de tu vida”
Me parece muy bien, y lo hago, lo tener pausas para «pensar»
Irse a un lugar que sea tu habitación del pánico….
Unos pocos euros tienen la culpa…
Me callo lo que se me ocurre decirte… baja a tierra, muy bien que puedas coger esos pocos euros e ir a ese lugar encantador… o incluso poder parar para no entrar en pánico…
El fondo de lo que planteas, de acuerdo… en la forma te digo que pongas los pies en tierra….
Gracias por tu comentario. Disculpa si te he dado a entender que para desconectar es necesario gastar mucho, no era la intención.
Me gusta soñar, y soñar en grande, aunque lo hago con los pies en tierra, te lo puedo asegurar. Cada persona tiene que soñar en grande y luego ejecutar en la medida de sus posibilidades, esta es mi forma y mis posibilidades. Espero que encuentres la tuya, y que disfrutes de esos momentos. Un fuerte abrazo y gracias por la crítica
Muy bueno César, ha sido leer esto y llamar para reservar una escapadita para semana santa.
Ya tengo el botón, sólo falta que llegue el día 24 y poder apretarlo.
Por cierto, muy buena elección para tu desconexión, me dejó encantado cuando estuve por allí.
Gracias por darme el empujoncito que me faltaba.
Saludos!!!
A por ello Álvaro! disfruta!
Gracias Cesar! Necesito un lugar donde pulsar mi botón ya!!! Abrazos y enhorabuena!
Jajaja, vamos a ello Lydia. Tienes que ponerle fecha, y llamar al lugar para reservar, luego ya no hay vuelta atrás. Un abrazo fuerte y pulsaaaaaa!
Eres un crackkk!
Cuando sea mayor (solo tengo 49…) quiero ser como tu y tener esta capacidad de gestionar las «turbinas» y saber sacarle el rendimiento a la vida laboral y a la privada, que «no son lo mismo», aunque demuestras que se puede trabajar y divertirse al mismo tiempo.
Jajaja, gracias Enric! Qué espíritu tan jóven, seguro que también haces mucho por gestionar esas turbinas, y sacarle el máximo a la vida. Un fuerte abrazo
Es muy buena la metáfora, me voy a buscar un botoncito propio, aunque el que propones pinta muy bien, so morro!
Un abarzote
😉 Un fuerte abrazo Juande!
Hermoso botón del pánico. Así da gusto recibir un susto!
jajaja, que grande Carlos! Un abrazo
Hermoso la vista
Gracias Bertha! Un fuerte abrazo para México
Me alegro mucho que hayáis tenido una buena estancia y experiencia en mi ciudad… y esos sofás del hotel del monte Igeldo son realmente inspiradores!!, sin duda! Antipánico. :-).
Buena suerte con ese nuevo proyecto. Estoy deseoso de conocerlo!.
Gracias Mikel! Nos hemos sentido muy bien acogidos en tu maravillosa ciudad. Habrá que volver seguro!! Un abrazo
Me ha encantado tu reflexión. De hecho, de manera inconsciente siempre he tenido mi particular «Tara». Yo la llamo asi en memoria de la pelicula « Lo que el viento se llevo» y a donde la protagonista siempre regresaba cuando las cosas se ponian difíciles y necesitaba recuperar fuerzas.
Lo mas curioso es que de un tiempo a esta parte, mi Tara está empezando a sufrir una profunda transformación, dejando de ser un lugar para convertirse en unas personas: mi familia.
Un fuerte abrazo y gracias por todo.
Gracias Belén por tus comentarios, me parece muy profunda la reflexión, mucho. Tu familia es tu templo, tu Tara. Un abrazo
Muchas gracias por el artículo, ahí estamos! esta tarde me iré a mi lugar de pánico, siguiendo tus consejos
Eso Paloma, cuando lo necesites apreta el botón y a desconectar. Un abrazo
¡Gracias César! Espectaculares las fotos…
Creo que cuando faltan esos euros o esos días que nos separan de ese lugar en el que refugiarnos, podemos buscar otras alternativas. Es un ejercicio fantástico pensar qué se puede hacer para romper con esa rueda de hámster incluso cuando es imposible escaparse unos días o faltan los recursos económicos para hacerlo. De pronto, plantear la tarde del domingo como de «peli familiar en casa con palomitas» en vez de estar planchando y recogiendo porque entre semana no da tiempo puede ser una opción (sabiendo que algún día habrá que planchar aunque sean las 22h pasadas, pero habrá compensado!!!).
Cualquier elemento que sirva para romper cualquier rutina es tan positivo como cuando el profesor John Keating pidió a sus alumnos que se subieran a las sillas de clase para ver las cosas desde otra perspectiva. Al final, todo se reduce a eso: a tomar una distancia para ver las cosas con otro prisma (y las pilas cargadas) 🙂
¡Feliz semana!
Un abrazo,
Mónica.
John Keating en el «Club de los Poetas Muertos».
Vaya que sí Mónica! El plan «tarde en casa con palomitas» es genial!
Un abrazo
Que bellas fotos!!!!que buen consejo…
Te deseo que tengas un gran día!
Gracias Fabiana!