Detente a sentir

detenerse a sentir

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Ayer fue un día como otro cualquiera: madrugar, meditar, escribir en el blog, salir a correr, trabajar en varios proyectos… Quizás la única diferencia es que por la tarde-noche Belén, Noa y yo salimos a pasear por Valencia y cenamos en uno de nuestros lugares preferidos para este tipo de ocasiones/homenajes, el Hard Rock Valencia.

Cuando salimos a cenar solemos llegar a casa muy pronto, en este caso a las 22:00, hora en la que aproveché para ducharme durante unos minutos. A los pocos segundos de estar en la ducha me pude dar cuenta del gran torrente de pensamientos que abordaban mi mente. Durante todo el día había ocurrido lo mismo: un pensamiento tras otro, sin cesar.

Y no es que fuera un día especial, era un día cualquiera.

Nuestra mente va tan rápido que ante la imposibilidad de poder dominarla quizás la única solución sea pararnos a sentir.

Puedes ducharte y no sentir nada porque estás escuchando el murmullo de tu mente o puedes sentir, o mejor tendría que decir «sentirte».

Hay etapas en nuestras vidas en las cuales no nos detenemos, vamos tan rápido que nuestra dinámica y ágil mente elabora ideas, proyectos, soluciones… sin embargo nos olvidamos de lo más importante: sentir.

ver un atardecer

¿PARA QUÉ ESTAMOS AQUÍ?

Para sentir, ser felices.

Siendo así, ¿Porqué nos detenemos tan poco a sentir?

Es una trampa, cuanto menos te detengas a sentir, peor irá tu vida.

«No tengo tiempo» decimos.

Bueno, en realidad no hace falta «más tiempo» para sentir. Puedes hacer lo mismo que estás haciendo ahora, pero conectando con tus sensaciones, con tu respiración.

  • Puedes mirar a tus hijos mientras sientes.
  • Puedes leer mientras conectas con tus sensaciones.
  • Puedes comer mientras saboreas cada bocado.
  • Puedes caminar mientras notas cada paso.
  • Puedes ahora mismo no hacer nada, y sentir.

Haz la prueba: detente en esta frase, no sigas leyendo durante los próximos 10 segundos, cierra los ojos y respira conscientemente en un par de ocasiones.

La mente y el corazón están conectados, pero ambos funcionan de forma muy diferente. Solemos prestar tanta atención a nuestros pensamientos que nos olvidamos de que habitamos un cuerpo, de que sentimos. Quizás en ese lugar no hacen falta las palabras.

Si tienes más tiempo puedes escuchar Calm Radio sin hacer nada más, o ver uno de sus videos en Youtube. Quizás te pueda ayudar a disfrutar más de tus días.

Respira.

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4 comentarios en “Detente a sentir”
  1. Es curioso, suelo decir muchas veces que a mi las grandes ideas se me ocurren en la ducha. y no es broma,, es donde trazos los planes de acción de muchos de los proyectos que tengo entre manos.

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