Cumplir objetivos no es tarea fácil, y mucho menos si se trata de objetivos ambiciosos, que por tamaño son más desafiantes, difíciles y por lo tanto improbables de conseguir. Sin embargo, son los objetivos ambiciosos los que más recordamos, de los que más orgullosos nos sentimos y en muchos casos los que aportan un gran sentido a lo que hacemos.
Un objetivo ambicioso por definición es un objetivo para el que necesitaremos poner mucha ambición, empuje, pasión e ilusión. Sin estos elementos difícilmente lo conseguiremos, de hecho es la principal razón por la que a las personas nos cuesta cumplir objetivos ambiciosos, porque no nos sentimos con las fuerzas ni la ilusión suficientes para hacerlos realidad, no confiamos en nosotros mismos. (A la palabra ambición me gusta quitarle la parte menos sana relacionada con la lujuria desmedida y el ego, prefiero quedarme con la ambición relacionada con la determinación por conseguir algo)
Cada vez que tengo que conseguir un objetivo ambicioso, utilizo una serie de «rituales» que nunca fallan y que me preparan para iniciar el largo viaje hacia el cumplimiento del objetivo. Fue así cuando decidí escribir mi primer libro, cuando emprendo un nuevo reto deportivo, o cada año cuando me embarco en el plan del año que comienza. Aqúi los tienes:
¿Qué hago cada vez que quiero cumplir objetivos ambiciosos?
- En primer lugar los dejo reposar dentro de mi durante unos meses. No los digo a nadie (salvo a mi mujer) y simplemente voy dejando que mi subconsciente vaya haciendo el trabajo inicial, ni siquiera me molesto en apuntar nada. De esta forma, si después de un tiempo siguen estando ahí y además tienen una forma más definida, sin duda, esos son mis objetivos.
- Una vez lo tengo claro, hago un plan. Durante los próximos meses ¿Qué tendría que hacer concretamente y cuándo para cumplir el objetivo?
- Una vez definido el plan, me pregunto ¿Es realista este plan?, ¿Me siento con ganas y motivación para hacerlo realidad?
- En cuarto lugar decido la primera acción (la más importante) que voy a realizar para acercarme hacia mi objetivo. Por ejemplo, si voy a escribir un nuevo libro la primera acción puede ser sentarme una tarde a decidir los temas y capítulos del libro. Si quiero aumentar la facturación de alguna de nuestras líneas de negocio en un año, puedo decidir a que 3 de mis clientes HPC voy a visitar en la próxima semana.
- Por último, a lo largo de todo el camino soy firme, disciplinado y riguroso. Lo siento, es una cualidad que no está de moda, pero a mi me ha traído siempre buenos resultados, soy consciente de la cantidad de veces que cometo autosabotaje y quiero evitarlo. La autodisciplina puede ser tu mejor aliada, pero tienes que ser persistente y entrenar tu disciplina. Si quieres aprender mucho sobre esto, lee cuanto antes la biografía de Rafa Nadal y a por ello.
¿Cuáles son tus objetivos?
Keep walking