En reuniones con equipos me encuentro demasiadas veces con personas que tiran balones fuera, que culpan o se quejan de que las cosas no les van bien por uno u otro motivo. Mi mensaje, después de escucharles es siempre el mismo: céntrate en lo que puedes cambiar.
Creo que hay dos lugares en los que podemos focalizar nuestra energía de cambio: lo que está fuera de ti y lo que está dentro.
Lo que está fuera de ti:
- Tu entorno
- Tu empresa
- Tu jefe
- El gobierno
- La crisis
- Tu equipo
- La competencia
- …
Lo que está dentro de ti:
- Tu fuerza de voluntad
- Tus áreas de mejora
- Tus puntos ciegos
- Tu automotivación
- Tus ganas de hacerlo
- Tus creencias
- Tus presuposiciones
- Tus acciones
La cuestión es que no podemos focalizar nuestra energía en los dos sitios a la vez, fuera y dentro. Esta es la mala noticia.
O te dedicas a quejarte del mundo y a querer cambiarlo mediante tu agónica queja, o te cambias a ti mismo para hacerlo un poco mejor.
A una energía la llamamos reactiva o reactividad. Cuando te quejas de todo pero no solucionas nada.
A la otra energía le llamamos proactividad. Cuando en lugar de quejarte haces algo por solucionar las cosas.
El otro día compartía con un responsable de una delegación una conversación. En 10 minutos dijo 9 excusas para no tener éxito con los resultados. En definitiva era algo así como: En esta delegación no nos va bien por:
- La zona es muy difícil, los clientes no tienen poder adquisitivo.
- La competencia está pegando muy fuerte.
- El diseño de nuestro lugar de trabajo es muy problemático para la comunicación.
- El producto que ofrece la competencia está más logrado.
- La dirección de la empresa no ve nuestra realidad.
- …
Si hubiera tenido un martillo de espuma le hubiera dado un golpe en la cabeza para que espabilara un poco (siento tanta sinceridad), su ratio de excusas era a un ritmo de casi una por minuto. No había visto nada igual hasta entonces.
A los 10 minutos le dije:
-¿Te das cuenta de que en 10 minutos has puesto 9 excusas para justificar los resultados?
-No, no son excusas, es la realidad -me dijo.
-Ah, vaya… y ¿qué puedes hacer tú para cambiar esta situación? –le dije.
-Pues si ya se lo digo en todas las reuniones al director general, ¡pero no me hace caso!
Entonces saqué el martillo de espuma y le aticé.
Es normal, cuando somos muy reactivos no queremos ver nuestros puntos ciegos.
Lo peor de todo es que esta persona dirige un equipo de 10 personas ¿te imaginas lo motivados que deben estar después de hablar unos minutos con su jefe?
Las personas que focalizan su energía fuera, no hacen más que agotar a los que están cerca de ellos, ¡te minan la moral! Y claro si se trata de tu jefe, pues mucho peor.
Muchas veces me descubro poniendo energía en lo que no funciona bien fuera de mi, en lo que me gustaría que fuera ideal, en los mundos de Yuppie. Pero eso no lo voy a cambiar. Así que cuando me descubro en esta actitud tan infantil sólo me queda cambiar la dirección de mi energía: de fuera a dentro.
Entonces me digo:
- César ¿Con qué actitud estás afrontando esta situación?
- ¿Qué tipo de resultados estás teniendo con tanta reactividad?
- ¿Qué otra actitud te vendría mejor en esta situación?
- ¿Qué vas a hacer para cambiar?
Que tengas un gran día.
10 comentarios en “Céntrate en lo que puedes cambiar”
que buen consejo
Interesante artículo, comparto la idea que para cambiar al mundo primero debo de cambiarme a mi mismo y como dice Covey, los paradigmas son percepciones de lo que nos rodea de una forma superficial por lo que es necesario entrar al detalle de las cosas para ver las cosas con objetividad y lo más realistas posible.
Slds.
Padre Santo, tantas excusas que ponemos, por eso, debemos practicar la proactividad, el conocimiento y la sabiduría….
En verdad, necesitaba con urgencia, leer estas productivas líneas….
La actividad comercial es un proceso de mejora continua y de transformación, el que no lo quiera ver, o no se anticipe al entorno lo pasará mal.
Gracias César!
Excelente, gracias!
Gracias Cesar
Vaya, que esas energías que gastamos en quejarnos y excusarnos, si la gastásemos en pensar y reflexionar quél podemos hacer nosotros para cambiar esa ‘realidad’ nos iría mejor a todos.
Excelente, Hoy les envío este artículo a mis colaboradores.
«El que se excusa mucho se vuelve un excusado»
Gracias César.